MI RATÓN

No hay sitio como este para relajarse y tomarse una pausa en la vida.

Nada mejor que su brisa húmeda y salada para llenarse los pulmones de tranquilidad, felicidad y sosiego.

Cada visita es diferente y maravillosa: Un compendio de recuerdos alegres y positivos.

La conversación es siempre interesante y nunca tengo que preocuparme por la compañía.

Y cada escultura me parece distinta a la última vez que la vi, y cada ola y cada trocito del cielo es el mismo y es diferente.

Y al fondo, siempre mi ratón. Ahora ya es mío. Y tengo la suerte de compartirlo siempre con personas a las que quiero.

Nunca me he bañado en sus aguas, ni falta que me hace, me basta con la sensación de paz y libertad que su vista y su olor me ofrecen.

Otra vez, por fin, he estado junto a mi ratón.