miércoles, 3 de agosto de 2011

COMO PONER UNA VIEIRA EN TU MOCHILA

INGREDIENTES NECESARIOS:

-Una concha de vieira
-Una mochila
-Una navaja multiusos
-Una perra o perro  (un can) .(Elemento no esencial.)
-Hilo de nylon , (del estilo del de caña de pescar)
-Un mechero

En primer lugar tomamos una concha de vieira.A ser posible sin restos de bechamel. En mi caso , como era regalada,(a caballo regalado , no le mires el dentado...) , la he limpiado y he procedido a buscar dónde hacer los agujeros.

La zona escogida es la prolongación plana que tiene en su base la concha. En este caso , hemos optado por hacer un agujero en cada extremo .Con esto esperamos tener mayor facilidad para sujetarla y, a su vez, dotarla de mayor estabilidad.

Para hacer los agujeros , utilizaremos el punzón que viene incorporado en una de las funciones multiusos de la navaja . En mi caso, como además era el estreno más o menos oficial, le dedico unos minutos para conocerla mejor.
Una vez que hemos abierto todas las "chismas " que tiene la navaja, la acariciamos, apreciamos la suavidad de su textura y color, y hacemos un rato el macarra, procedemos a seleccionar la opción puntero.

Con la punta del puntero, comenzamos a hacer una pequeña escisión en una de las zonas seleccionadas anteriormente en la concha de la vieira.El movimiento ha de ser repetitivo, y aunque pensemos que sólo vamos a estropear la punta, y que no vamos a conseguir nada, no hay que desesperar: funciona.

En este momento es en el que el can , que no es elemento obligatorio, nos chupa los pies y las pantorrillas, sin que en ningún caso lo hayamos solicitado. La mejor opción , es prometer al animal ,que en cuanto se termine con tan ardua tarea, se le sacará a pasear.Igualmente lo mejor es cumplir la promesa ya que si no se hace , posiblemente lloriquee hasta el día del juicio final.

Una vez que hemos hecho ambos agujeros, soplamos para contemplar que nuestro minucioso trabajo ha sido un éxito y podemos proclamar a los cuatro vientos que somos capaces de sobrevivir en medio de una selva con tan sólo una navaja suiza.

El siguiente paso es sujetar la vieira a la mochila.
Para ello utilizaremos un hilo altamente resistente.Si como en mi caso, dispones de un costurero familiar en el que ya lo has localizado anteriormente, mucho mejor. Siempre que se pueda evitar, es preferible no abrir por error la caja de los botones y desparramarlos por el fondo del costurero.

Tomamos  aproximadamente medio metro de hilo y lo pasamos por los agujeros de la vieira para sujetarla firmemente. La hacemos pasar por los enganches que creamos más oportunos de la mochila.
Es importante que se vea y no quede camuflada, ya que este elemento nos permitirá identificarnos como peregrinos, y no como "perro-flautas".
Finalmente quemamos con un mechero el nudo con el que hayamos atado la vieira...y fin.

Podemos comprobar que el resultado es soberbio, maravilloso, excepcional.

Observen la grandiosidad del resultado....

2 comentarios:

  1. Advertencia sobre el uso de Vieira: Comprobar que el borde de la Vieria no sea demasiado afilado, ya que con el balanceo natural del caminar creara una zona de friccion entre la concha y la mochila, produciendo un desgaste notable en esta ultima. Llegando en casos extremos a abrir un nuevo bolsillo, que si bien puede ser util en el futuro (tras ponerle una cremallera de diseño), en el camino puede resultar engorroso al no disponer del costurero familiar con los botones desparramados, no pudiendose cerrar el agujero y pudiendo perder algun objeto imprescindible como por ejemplo la maquinilla de esquilar ovejas.
    Posibles souciones
    1. Observar donde se produce la zona de friccion y proteger con algun tipo de tejido protector
    2. Redondear el borde de la Vieira bien con una lija, bien con el conocido accesorio que toda navaja que pretenda tener la nacionalidad Suiza debe tenr el "Redondeador de bordes de Vieiras".

    pd. Mientras el borde de la Vieira no este redondeado asegurarse de que la Vieira esta bien sujeta. Ya que se podria desprender callendo de canto sobre el pie de algun peregrino, que si bien por estadistica lo logico es que lleve una buena bota que lo protege, la ley de Murfy indica que en ese preciso instante estara descalzo esperando para recibir un corte mas o menos profundo.

    Todo esto sin animo de asustar a nadie

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